Tal vez estés pensando que las primeras lecciones que aprendí en la vida fueron el abecedario, o los números del 1 al 100. Pero no, realmente no fue así.
Siempre escuché a mis padres contar cómo desde muy pequeño era capaz de desarmar un televisor, un radio o cualquier equipo que hubiese en casa. Si lograba tener un juego de destornilladores a la mano, comenzaba la función. Pieza por pieza, lo iba desarmando todo. ¡Claro está! Nunca pude volver a armar nada nuevamente. De hecho, aunque era muy fácil para mí desarmarlo todo, no fue algo que me tocó aprender. Simplemente lo hacía.
En cambio, hubiese requerido de verdadero conocimiento para armar todo aquel desastre. Sé que nada tiene que ver esto con una típica de lección para aprender. Tal vez, simplemente, se estaba manifestando una habilidad manual.
A los 5 años, había aprendido el abecedario y los números del 1 al 1.000; a los 7 años, mis padres, quienes siempre fueron “amantes” de la música, me inscribieron junto a mi hermana, en clases de piano con una profesora particular. De más está decirte, que nos convertimos en el orgullo musical de la familia.
Por supuesto que con el transcurrir de los años fui aprendiendo y creciendo continuamente. Y lo sigo haciendo. Pero me gustaría compartirte algunos pensamientos de todo este asunto:
Nunca debemos ignorar o menospreciar las habilidades que se van manifestando en nuestras vidas.
A veces, la dirección de las cosas es diferente a cómo lo imaginamos. Recuerda, los destornilladores no estaban mostrando a un futuro mecánico o ingeniero. Las manos estaban mostrando una habilidad que con el tiempo se definió con el piano.
No siempre una habilidad será la clave de tu vida personal y profesional.
Dios utiliza tus habilidades para llamar tu atención hacia Él.
Aprender es una cuestión del día a día. Aprender es lo que nos provee experiencia tras experiencia, más allá de la sola teoría.
Me gustaría concluir, enfatizándote la importancia que tiene el verdadero aprendizaje. ¡Así es! El verdadero aprendizaje. El que es expresado así por Albert Einstein:
“Aprendizaje es experiencia. Todo lo demás es información”
Dios te bendiga…
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