El construir una vida centrada en el placer egocéntrico no conduce a ninguna parte. Usted puede ver fácilmente el problema. Las personas ponen todos sus huevos en una canasta buscando el poder, la prosperidad, la posición, el prestigio, o el placer para alcanzar el éxito. Pero una vez que lo logran, se dan cuenta que no han alcanzado ningún éxito en las áreas más importantes de sus vidas. ¡Claro! El verdadero éxito debe ser integral, y exige tener claras las prioridades en la vida.
Glenn Bland, en su libro “Éxito”, brinda el mejor ejemplo sobre la importancia de lo dicho ahora. Él describe una reunión realizada en el Hotel Edgewater Beach de Chicago en el año 1.923 que convocó a los financistas más “exitosos” de la época. Estaban entre ellos: Charles Schwab, presidente de la empresa de aceros más grande de los EEUU; Samuel Insull, presidente de la más grande empresa proveedora de servicios públicos; Howard Hopson, presidente de la más grande empresa proveedora de gas; Arthur Cutten, el conocido especulador del trigo; Richard Whitney, presidente de la Bolsa de Valores de New York; Albert Fall, Secretario del Interior del gabinete del Presidente Harding; Jesse Livermore, el gran “oso” de Wall Street; Ivan Krueger, cabeza del mayor monopolio del mundo; y Leon Fraser, Presidente del Bank of International Settlements.
Estos hombres eran los que “movían y sacudían” el mundo. El tipo de personas que muchos envidian y desean ser. Pero algo salió mal con las vidas de estas personas, pues 25 años después:
Charles Schwab fue a la quiebra.
Samuel Insull murió en el extranjero, sin un centavo y fugitivo de la justicia.
Howard Hopson se volvió loco.
Arthur Cutten se declaró insolvente y murió en el extranjero.
Richard Withney estuvo en la prisión de Sing Sing.
Albert Fall falleció en su casa, quebrado.
Jesse Livermore se suicidó.
Ivan Krueger se suicidó.
Leon Fraser se suicidó.
*Tomado del libro de Ron Jenson"Cómo alcanzar el éxito auténtico".
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